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martes, 5 de junio de 2012

No habrá paz para los malvados

No me extraña que le hayan dado tantos premios, la verdad porque es una película impresionante. Los planos son muy buenos, el guión es estupendo y lo más importante: resulta verosímil. Ya era hora de que hicieran una película española policíaca, con acción, pero sin perder la identidad propia, ni caer en el cutrerío barriobajero, el drama desgarrador ni la comedia burda. Todos los personajes son redondos y están espléndidamente interpretados. José Coronado está que se sale, pero Helena Miquel no le va a la zaga, ni tampoco el resto del reparto. La ambientación es espectacular se ha cuidado hasta el más mínimo detalle, pero lo que más me llamó la atención fue el sonido, que está magníficamente integrado. Cuando Santos Trinidad va a la bar a tomarse un cubata (que por cierto se toma sin coca-cola) se van oyendo de fondo los sonidos de las tragaperras y cuando llega a la guarida de los terroristas se oye el inconfundible zumbido de fluorescentes del techo. A ver si cunde el ejemplo y podemos ver más películas como esta,  con temas y géneros variados porque la verdad, algunos ya estamos cansados de tanta guerra civil, tanta postguerra, tanto dramón y tanta comedia zafia repleta de desnudos gratuitos. Se puede hacer una buena película sin caer en los tópicos y sin necesidad de copiar a nadie, y cuando digo copiar me refiero a copiar, no a emular porque, si bien el personaje de Santos Trinidad nos recuerda en algunos aspectos a Harry el Sucio o a los personajes interpretados por Charles Bronson en su última etapa, no pierde en ningún momento su autenticidad ni sus características particulares. 




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