Se trata de un musical extravagante y
divertido que aboga por la igualdad de derechos pero desde la alegría. Nunca
pensé que Chistopher Walken y John Travolta hiciesen tan buena pareja. Ni que
el segundo pudiese interpretar a una mujer tan tremendamente femenina. La mala
malísima es en esta ocasión Michelle Pfeiffer que interpreta a una ex-miss
interesada y tramposa que está dispuesta a todo por conseguir que su hija siga
sus pasos. Todo esto ambientado en los años sesenta en pleno conflicto racial y
con el mundo de la televisión como fondo. La protagonista es una jovencita
gordita y optimista que es capaz de ver siempre el lado bueno de las cosas, y
lo que es mejor aún, de hacer aflorar la bondad de las personas.
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