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miércoles, 27 de mayo de 2015

QUIJOTES SOMOS Y EN EL CAMINO NOS ENCONTRAREMOS: EL QUIJOTISMO INSTITUCIONALIZADO



Cervantes supo captar el espíritu español de maravilla y es que Alonso Quijano, lo encarna como nadie. Hemos sido, somos y seremos quijotes, es algo intrínseco a nuestra naturaleza. Si además lo aceptáramos de una buena vez nos irían mucho mejor las cosas. Por si a alguno se le escapa, el diccionario de la Real Academia define el término en su segunda acepción de la siguiente manera:

quijote2.
(Por alus. a don Quijote de la Mancha).
1. m. Hombre que antepone sus ideales a su conveniencia y obra desinteresada y comprometidamente en defensa de causas que considera justas, sin conseguirlo.



Podría añadirse, además, la costumbre de soñar quimeras e imposibles y concebir esperpénticos planes y maquinaciones con tal de realizarlos, de modo que rozamos, si no llegamos a alcanzar, el patetismo. Soñamos con equipararnos a Europa y en nuestra mente quijotesca nos creemos peores que los europeos, como si nosotros no perteneciéramos a ese colectivo, y nos esforzamos en imitarlos, pero para mal. Se nos piden títulos académicos que en España no existen y se nos hace creer que es imprescindible hablar un montón de lenguas que aquí no se utilizan, se decide que nuestros escolares deben tener una semana blanca en Febrero porque en Europa la tienen en vez de tener tantas vacaciones en verano ¿A nadie se le ha ocurrido pensar que en el norte tienen la semana blanca en invierno porque se quedan aislados por las nevadas y nosotros la necesitamos en verano porque estamos a 40ºC a la sombra? NO, algún imbécil de descerebrado dice que hay que hacerlo todo igual que en Europa, como si toda Europa fuera igual , pero no dice nada de equiparar salarios y sueldos. Eso no se toca, que si los europeos trabajan menos horas es su problema, si cobran más es porque son más ricos. Nosotros debemos pasarnos muchas horas en el trabajo, cuantas más mejor, aunque no nos aguantemos derechos y nuestra concentración sea nula, porque a otro imbécil se le ha ocurrido que a más horas mayor rendimiento aunque sea todo lo contrario, y si no que se lo pregunten a los alemanes que trabajan sólo seis horas al día y tienen uno de los mejores rendimientos de toda Europa, si no el mejor.


Otra quijotada, que para triunfar profesionalmente te has de ir al extranjero. En el extranjero serás un marginado social, trabajarás de camarero con un señor de Cuenca y otro de Segovia o con algún ciudadano extracomunitario que será tan extranjero y marginado como tú. Cobrarás un sueldo paupérrimo y las pasarás canutas. Pero has estado en el extranjero y eso es guay ¿Has aprendido idiomas? Sí, castellano, árabe e indi ¿Dónde estuviste? En Londres. Entonces hablarás un inglés perfecto. Ni papa. ¡Genial, eres idiota! Pero eres un triunfador porque has estado trabajando, o mejor dicho, malviviendo en el extranjero. Para otra vez trabaja de camarero en Mallorca y además de inglés aprenderás alemán. Nada en contra del árabe y del Indi pero es que esas lenguas son de países pobres y entonces no molan.  

lunes, 11 de mayo de 2015

Wilt

Hace tiempo que no escribo sobre libros así que voy a hablar de uno de los más divertidos que he leído, Wilt de Tom Sharpe. Es el típico libro con el que te enganchas y no puedes parar de reírte, pero a la vez vas pensando "Madre, mía", y es que la realidad que describe es muy dura. El protagonista es profesor en un instituto de formación profesional y tiene una frustración que no puede con ella. Un hombre, culto, sensible e instruído teniendo que enfrentarse a sus alumnos de "CARNE I" cuyo mayor interés consiste en explicarle, paso a paso el proceso de fabricación de la comida para perros. Y si Wilt es un desgraciado, su mujer es directamente idiota. Tanto que mantiene una relación lésbica con una amiga que ha conocido en un curso de cerámica y ni siquiera se ha dado cuenta. Ella cree que está siendo sometida a la TT (terápia táctil) para solucionar los problemas que tiene con su marido. La amiga en cuestión resulta ser una delincuente peligrosa que acaba secuestrando a Eva Wilt sin que ésta se entere (cree que está de vacaciones). Su marido mientras tanto es acusado de asesinarla, y tiene que escapar de la policía para resolver el caso. Una novela esperpéntica y realista, altamente recomendable.

martes, 5 de mayo de 2015

LA DICTADURA DE LA INCOMPETENCIA

    Vivimos en un mundo absurdo en el que los niñatos aborregados recorren el mundo a costa de sus padres, lanzándose a las piscinas desde los balcones de los hoteles, bebiéndose hasta el agua de los floreros y quejándose de lo injusto que es, que la policía opresora los eche a altas horas de la madrugada de las calles dónde estaban tan a gusto vomitando, consumiendo drogas, destrozando el mobiliario urbano, incrementando la contaminación acústica o simplemente, durmiendo la mona (afrenta grave). Un mundo en que aquellos que conforman los ayuntamientos, contratan a los ineptos de sus colegas, inventándose cargos absurdos y organizando pseudo-actividades cobradas a precio de oro, y que en ocasiones sólo generan molestias al ciudadano, que además de sufrir los estragos de las macro discotecas móviles, tienen que sufragar los gastos de limpieza y reparación de los destrozos generados. Un mundo dónde la televisión es la nueva ETT donde a nadie le importa un pimiento tu CV, porque si lloras por la tele, hacen un llamamiento y te colocan en menos de cinco minutos, aunque no sepas hacer la "o" con un canuto. Así los empresarios quedan como benefactores de la humanidad y las cadenas ni te cuento. Un mundo en el que el mero hecho de que aparezca la palabra sexual en la portada de un libro hace que sus ventas se disparen, aunque se trate de una simple errata y dónde impera la cultura del quejío. Donde la mayor aspiración de jóvenes y no tan jóvenes es participar en un reality show esperpéntico y salir llorando para dar pena que es lo que está de moda, lo triste es que como el que llora en la tele hay cien mil, pero ya se sabe, el que no llora no mama.
   Vivimos en una miseria humana globalizada donde en vez de ser tan organizados como los alemanes o los japoneses, tan limpios como los franceses, tan civilizados como los nórdicos, tan trabajadores como los chinos y disfrutar tanto de la vida como los mediterráneos, bebemos tanto como los alemanes o los nórdicos, somos tan vagos como los mediterráneos, tan sucios como los chinos, tan egocéntricos como los franceses y estamos tan estresados como los japoneses.