Segunda entrega de la saga de Howl. Quedáis advertidos de que no tiene nada que ver con la primera. Aquí te trasladas directamente al mundo de las mil y una noches. Alfombras voladoras, princesas cautivas, genios en botellas, djin...fue como un retorno a mi infancia con las historias de Simbad el Marino. Además es muy divertida. Abdulah es el hijo de un comerciante de alfombras. Es hijo de la segunda mujer de su padre y ha caido en desgracia para la familia por motivos que se desconocen. Los parientes de la primera esposa de su padre no paran de reírse de él y de hacerle la vida imposible. Él lo lleva lo mas dignamente que puede regentando un pequeño puesto de alfombras a las afueras del zoco, lejos de los lujos de su familia. Lleva una vida sencilla, repleta de ensoñaciones que se la hacen más llevadera.Un día un extranjero le vende una alfombra mágica. Abduláh se duerme sobre ella por temor a que se la roben y despierta en el jardín interior de un palacio. Allí conoce a Flor-en-la-Noche, una princesa cautiva en espera de que se lleve a cabo un matrimonio concertado. Abdulah se enamora perdidamente de ella y la visita todas las noches hasta que un demonio la secuestra sin que él pueda hacer nada por evitarlo. Con ayuda de la alfombra consigue escapar de la cárcel dónde lo habían encerrado para ajusticiarlo por la desaparición de su amada y jura que no parará hasta rescatarla. A partir de ahí nos cuenta la odisea de Abdulah para cumplir su promesa.
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