Jean-Clade
Van Damme ataca de nuevo perpetrando una serie en la línea JCVD y es muy de agradecer que vuelva a reírse de sí mismo en lugar de torturarnos
psicológicamente con telefilmes basureros de serie z. Parecía que había vuelto
al buen camino con Los mercenarios 2 pero le tiran más los telefilmes malos que
a un tonto un lápiz (no lo juzgo, todo el mundo tiene que comer, pero es dolor).
Advertencia: es una serie para frikis en general y para flipados de las artes
marciales en particular que hayan visto todas las películas de la buena época
del actor. Esto es antes de The Order y los dos títulos mencionados
anteriomente. En la serie Jean-Claude se interpreta a sí mismo como un actor de
acción venido a menos que decide abandonar su retiro tras encontrarse con un
viejo amor. Pero no sólo vuelve al mundo del cine de acción. Detrás de las
esperpénticas producciones en las que interviene, hay toda una trama
de espionaje y su nombre en clave es Johnson de ahí el juego de palabras del
título. De momento se ha rodado una temporada de seis capítulos. No sé si harán
más pero es más que suficiente para dejarte en estado de shock. Los guionistas
parecen haber consumido multitud de sustancias alucinógenas de las buenas
porque lo que plantean no es ni medio normal, pero no tiene desperdicio. A mí
me ha encantado pero he reconocer que no es para todos los públicos. Eso sí, si
eres fan de Van Damme tienes que verla.
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