Yoon soo es una escritora de fantasía. Ha finalizado la segunda novela de su saga y debe preparar el borrador de la tercera. Una noche, cuando regresa de su trabajo, se encuentra la calle cortada porque, de manera inesperada, el suelo ha cedido y se ha abierto una sima en medio del asfalto. Ella no le da importancia y se va a dormir pero es despertada por el príncipe Kite, el villano de su novela, que la secuestra y se la lleva a su mundo para que arregle lo que ha hecho porque, según él, ella ha arruinado su vida. Yoon Soo descubre que ha sido algo descuidada como escritora, que las cosas no son exactamente como ella las ha escrito, y que tal vez Kite tiene algo de razón. Ella intenta hacer lo que se le pide pero no va a ser tan sencillo porque las correcciones que hace en el universo de su novela, no funcionan si no las escribe desde el mundo real y por alguna razón que se desconoce, todos los portales que conducen a él se están cerrando.
La verdad es que me lo he pasado muy bien y me he sentido muy identificada como escritora. Yoon Soo va descubriendo que ha sido descuidada en los detalles y que todo aquello que ha omitido se ha ido autorrellenando, a la vez que los personajes han ido tomando vida propia ¿a qué autor no le ha pasado eso? El resultado es que ella desconoce muchas cosas del mundo que ha creado y eso la desconcierta bastante. También descubre que Kite, al igual que algunos personajes secundarios, ha sido creado para lucimiento de los protagonistas y por eso no ha profundizado lo suficiente en sus sentimientos y motivaciones. Y la verdad es que tiene motivos para estar enfadado.
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