Cuando Shinichi finalmente reúne el valor para declararse a su amiga de la infancia ésta lo rechaza por ser un otaku. Sumido en la desesperación y la vergüenza se recluye en su habitación aquejado del síndrome de Hikikomori. Pasado un tiempo decide tomar las riendas de su vida y buscar un trabajo encontrando una oferta que se ajusta a su perfil pues solicitan otakus. Justo después de entrevistarse con su superior despierta en otro mundo. El gobierno japonés lo ha contratado para hacer las labores de embajador y acercar a los habitantes de ese mundo la cultura otaku. Para ello se le ha asignado una guardaespaldas de grandes pechos, una sirvienta semi elfa y un enorme lagarto azul que hace las funciones de jardinero. La goberernante suprema es una loli y luego recogen a una chica lobo que el reino vecino ha enviado como espía. Shinichi está viviendo su sueño. Ha encontrado un lugar donde se le respeta y puede realizarse como persona. El problema es que sus objetivos no coinciden con los del gobierno japonés.
Un isekai muy loco y entretenido, la verdad es que me ha encantado y me he reído mucho. pero has de tener cierto nivel de conocimientos otaku para seguirlo. Shinichi se ve de repente en un harén dentro de un reino mágico, haciendo realidad todas sus fantasías (más o menos, de ilusión también se vive) su guardaespaldas resulta ser una fujoshi rematada que fantasea con una supuesta relación entre Shinichi y el primo de la gobernante suprema, cualquier cliché otaku está por suceder ¿Qué puede salir mal?
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