La flor del sultán

Saye ha sobrevivido oculta en el harén del sultán desde que fue entregada a él por su padre siendo apenas una niña. El sultán ni siquiera se acuerda de ella hasta que se cruza con ella en un pasillo por casualidad. Tres días después la reclama en su alcoba por primera vez. Por suerte para ella, en ese momento se produce la rebelión del noveno príncipe y Saye ve la oportunidad de escapar pero al parecer el nuevo sultán no está dispuesto a dejarla ir y le confiesa que había iniciado la rebelión sólo por ella. 

Una historia corta, exótica y super romántica (de hecho es una historia +19). Saye vive continuamente atemorizada, robando comida y ocultándose por los rincones para no ser descubierta por el sultán. Cuando se produce la revuelta y es capturada, se resigna a morir pero se desmaya y cuando despierta le sorprende ver que las heridas que sufrió durante su huída han sido curadas, se encuentra en un dormitorio lujoso y soleado (solía vivir en un zulo) y tanto el palacio como el harén están tranquilos y vacíos. Además tiene una sirvienta personal y Kaiser, el nuevo sultán, se dedica a cuidarla personalmente y la trata cómo a una verdadera reina.  Él se ha criado fuera del palacio con los Tuareg, la tribu de su madre que murió de una fiebre post-parto. Debido a esto su visión es de las cosas es diferente y quiere cambiar la dinámica del palacio pero encuentra resistencias entre las familias nobles que se aferran a las inercias para conservar o conseguir poder. En realidad nunca quiso ser sultán pero se vio obligado a reclamar el título porque conspiraron para eliminarlo y porque le debe un favor a Saye y por eso decide ayudarla.