Para empezar diré que aunque el anime me ha gustado me ha llegado un poco tarde. Es un shonen al más puro estilo shonen y por lo tanto de haberlo visto con catorce o quince años hubiera flipado en colores pero después de ver shonen más completos como Spy X Family o kimetsu no yaiba pues la verdad es que me ha cansado un poco pero he de reconocer que está bastante bien.
Rokuro es un exorcista huérfano que debido a un trauma que conoceremos más tarde, ha decidido renunciar a serlo. Sin embargo como no tiene a dónde ir sigue viviendo en el dormitorio Seika con sus compañeros (los domitorios son como delegaciones de exorcistas). En una de estas cono ce a Benio, otra exorcista de su edad y que viene de Kioto y es rancia como ella sola (luego sabremos que ella tiene otro trauma). El caso es que se caen fatal y discuten todo el rato. Cuando Rokuro descubre que Benio se quedará también en el dormitorio Seika le da de todo pero para acabarlo de arreglar aparece el líder de los exorcistas y les dice que ha consultado el oráculo y ellos dos son las estrellas gemelas destinadas, según una antigua profecía, a engendrar al Mico que destruirá definitivamente a todos los kegare (entidades corruptas de otra dimensión contra las que luchan los exorcistas). Para favorecer el romance los mandan a vivir a una casa aparte y les tienden todo tipo de encerronas románticas. He de aclarar que los protagonistas, cuando empieza la historia tienen catorce años por lo que no están muy por la labor de engendrar a nadie. Paralelamente van luchando contra los kegare.
A ver, la parte de enredo es bastante divertida y tiene puntazos muy buenos pero la parte de las peleas se hace algo pesada (sobre todo si tienes más de quince años) porque además toda la trama conspiranioca y el universo narrativo en general es una ida de olla. Lo dicho si me hubiera pillado en la adolescencia seguramente me hubiera encantado pero ahora la veo un poco infantil.
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