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miércoles, 13 de septiembre de 2023

Mi amigo de la infancia no puede ser tan grande

Seoyon lleva una vida monótona con un trabajo decente pero gris y una vida personal inexistente. Para aliviar su frustración se dedica a coleccionar juguetes eróticos que compra por internet y cuelga las fotos en sus redes sociales de manera anónima para evitarse problemas. Cualquiera que vea sus publicaciones pensaría que es una mujer sobrada de experiencia y un poco pervertida, sin embargo, no son más que fantasías porque nunca ha salido con nadie. Un día empieza a recibir fotos eróticas de uno de sus seguidores y al final, inexplicablemente, acepta tener una cita con él. El seguidor resulta ser Won, su amigo de la infancia de quién se acabó distanciando porque él ha triunfado mucho en la vida y es ahora un famosísimo jugador de golf. Por si fuera poco, sus padres no paran de compararla con él lo que la hace sentir todavía más mediocre. Lo que ella no sabe es que Won odia el golf porque sus padres lo obligaron a jugar desde pequeño para ganar dinero y eso lo hace infeliz. Por eso siempre está rodeado de escándalos y tiene fama de problemático, pero en realidad su vida personal es tan inexistente como la de su amiga. Won ha reconocido a Seoyon  en internet porque en una de las fotos que ha colgado aparece su mano y tiene un lunar característico. A él le preocupa que con esa actitud tan desinhibida pueda terminar metiéndose en un lío así que le sigue el juego para recuperar el contacto con ella y de alguna manera protegerla. Una historia sobre dos idiotas que fingen ser lo que no son. Ambos creen que el otro es un pervertido y por eso fingen serlo también, porque en el fondo no pueden vivir el uno sin el otro. 
 

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