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sábado, 9 de diciembre de 2017

El por qué de los nombres de mis personajes

Una de las cosas que más sorprende a la gente que ha leído mis novelas de fantasía épica son los nombres de los personajes <<tienes que cambiar los nombres>> me dijo uno de mis lectores cero ante el borrador de El Lector De Linajes. (Para el que no lo sepa un lector cero es la manera técnica de llamar al familiar o colega al que le das la tabarra para que les eche un ojo a tus manuscritos antes de publicarlos, aunque hay gente que lo hace en modo más profesional). Otros no fueron tan tajantes pero todos coincidieron en lo mismo: cuando lees una novela de género fantástico lo último que esperas es que los protagonistas se llamen Diego, Leonor o Rodrigo. Parece que por fuerza tengan que llevar nombres eslavos o similares. Eso está genial si tu novela está ambientada en Finlandia, pero si los topónimos de tu universo tienen nombres como Villaroya o Burgoluengo resulta absurdo que el protagonista se llame Güendal. (ojo he visto casos similares). Todo debe tener una coherencia interna. Sé que existen generadores de nombres para ese tipo de novelas como este pero , al menos en mi caso son los personajes los que deciden su nombre y ponerles un nombre inventado me parece privarlos de parte de su personalidad. Ya hablé de que tienen vida propia en esta entrada.

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