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lunes, 11 de junio de 2018

cómo volver loco a tu lector cero

El otro día hablé de los correctores y de lo importantes que son a la hora de editar un libro. Hoy voy a hablar de una figura aún más desconocida para el que no esté en el mundillo: los lectores cero. Técnicamente un lector cero es la primera persona que lee tu manuscrito después que tú. Los hay que lo hacen de manera profesional pero en la vida práctica cotidiana la mayoría son familiares o amigos que nos aprecian y tienen la santa paciencia de leer nuestros desvaríos antes de que el texto esté pulido del todo. Puede parecer una acción superflua pero como ya dije en relación a los correctores no es lo mismo leer tu texto que el texto de otro. Es importante que te lea otra persona porque tú lo tienes todo en la cabeza y lo sabes todo sobre los personajes, la localización, la vestimenta...pero eso a veces no se refleja en el texto. En mi caso concreto odio las descripciones largas, sobre todo porque si no están muy bien escritas resultan pesadas y a veces te pierdes entre los pliegues de un vestido en lugar de enterarte de qué está haciendo el personaje. No puedo evitarlo, soy una mujer de acción y prefiero dar cuatro pinceladas y dejar los detalles que no sean relevantes a la imaginación del lector, que tampoco hay que dárselo todo masticado. El problema es que a veces esas cuatro pinceladas se convierten en la nada. Yo leo la escena y la veo meridiana pero mi lector cero no. <<¿Dónde están?>> <<Está clarísimo, en la cueva>> <<Estará clarísimo para tí pero aquí no pone nada de que haya una cueva>> <<¿Ah no?>> <<No>>. Lo relees y efectivamente, la dichosa cueva no aparece por ninguna parte, tienes que describirla. También puede ocurrir que te pases por el otro extremo y te toque eliminar cinco páginas de descripción tediosa y redundante sobre lo fría y húmeda que era la cueva. Pero si quieres volver loco de verdad a un lector cero, crea tu propio universo literario, mueve a los personajes de un lado a otro y no hagas mapa. Eso y ponerle nombre hasta al camarero que trae el vino son motivo suficiente para que tu pariente o amigo te retire la palabra.

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