Últimamente estoy leyendo bastantes clásicos y es que desde hace tiempo tengo un pequeño problema con la lectura. El hecho de estudiar filología te hace leer tanto y tan bueno que luego es muy difícil que te guste un libro. Lo bueno de los clásicos es que ya han pasado la criba del tiempo. Si después de algunos siglos se siguen vendiendo, es que algo tienen, y sólo por eso vale la pena leerlos. VIAJE AL CENTRO DE LA TIERRA realmente tiene encanto. Y la verdad es que en el libro tampoco pasan tantas cosas como en las versiones cinematográficas. Para empezar, la expedición sólo la forman tres personas: el profesor, su sobrino y el guía, y a todos ellos hay que echarles de comer aparte. Y no, en la expedición no va ninguna mujer, como en todas las películas que he visto. Nunca he entendido por qué en las versiones de cine se inventan cosas. Entiendo que el cine y la literatura tienen lenguajes distintos y se adapten los contenidos al lenguaje, y por ejemplo, una novela epistolar, se explique del tirón obviando las cartas. También puedo entender que se varíen un poco los personajes o las situaciones, pero variar un poco, es cambiar el color de los ojos o hacer que el personaje hable más de la cuenta para suplir al narrador omnisciente de la novela, no inventarse un personaje y hacer que recaiga en él todo el peso de la acción. Hay muchos ejemplos de eso pero no quiero salirme del tema. VIAJE AL CENTRO DE LA TIERRA es una novela espléndida, muy entretenida y, al menos para mí bastante sorprendente. Es más sencilla de lo que esperaba, pero en su sencillez está su grandeza.
Hola.
ResponderEliminarDe acuerdo por completo contigo; en la sencillez de esta novela radica su genialidad. La he leído muchas veces y no me canso de hacerlo. Creo que Verne no ha sido bien tratado por el cine ya que este trata de saturar a base de añadidos tramas, a su modo, simples. Menos mal que siempre quedará el libro...
Saludos.