No cabe duda de que Tarantino está por medio ni de que el director ha consumido cine oriental de serie más que Z en cantidades superiores a las aconsejadas. Muestra de ello es el trabajo del peluquero que me dejó tuerta desde la primera toma. Eso y que los créditos están en chino (creo). La película es hiperbólica, acrobática, absurda y sangrienta pero tiene encanto. Los actores deben de haber disfrutado de lo lindo interpretando semejante incongruencia. Una película entretenida, para disfrutarla sin reflexionar demasiado.
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