Últimamente parece que si no escribes sobre vampiros y/u hombres lobo (preferentemente "y") tu obra no interesa lo más mínimo, sin contar que todo ello tiene su repercusión en el cine.
La moda de mezclar ambos conceptos comenzó con la película underwold pero lo que empezó como una fusión interesante, acabó convirtiéndose en una obsesión enfermiza. A underword la siguió Van Helsing, todavía más que aceptable y luego irrumpió la saga Crepúsculo con la que se desató la vorágine No hay una triste librería que no tenga al menos una estantería dedicada a esta fusión innecesaria. Libros y libros para adolescentes repitiendo lo mismo una y otra vez. Y además en su vertiente aburrida.
El que quiera saber lo que es un vampiro que empiece leyéndose Drácula de Bram Stocker (ver comentario en este mismo blog) y cuando se despierte aterrado en plena noche pensando que el monstruo intenta colarse por su ventana como me ocurrió a mí, dejará de pensar en inofensivos mozalbetes, amanerados y sinsustancia con lentillas y cubiertos de purpurina. Si quieren ver una buena película sobre hombres lobo pueden ver el hombre lobo protagonizada por Benicio del Toro o Lobos de Arga, (también comentada en este blog) que aunque trate el tema en clave de humor, capta perfectamente la esencia del mito. Enlazado a esto está el tema de las brujas, que van surgiendo tímidamente como un apéndice a este tipo de personajes. Supongo que en breve tendremos una invasión de ellas pululando por nuestra sopa.
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