Unos científicos descubren la sopa de ajo |
El mundo científico debe estar muy mal como para ponerse a hacer estudios sobre asuntos que no les competen. En ese afán de protagonismo y omnipresencia que les caracteriza y esa manía compulsiva de tener la verdad absoluta sobre todo, de vez en cuando nos deleitan con estudios absurdos que pretenden convertir en dogma. Porque, desengañémonos, más que un colectivo profesional parecen una puñetera secta y todo lo que se salga de su cuadriculada y obtusa visión del mundo es automáticamente rechazado porque "no está científicamente demostrado" ¿y qué? ¿Dónde está escrito que todo tenga que subyugarse a la ciencia? Es más hay cosas que no pueden demostrarse y obviamente existen y sí no qué se lo pregunten a cualquier sensitivo. Yo empecé a estar harta de ese proceder cuando al escoger letras en el instituto te miraban por encima del hombro porque "los de ciencias son más inteligentes" y "los que hacen letras es porque no tienen la capacidad para hacer ciencias". Pues no, simplemente vemos el mundo de otra manera y yo, personalmente, escogí letras porque me gustaban, porque las mates me aburrían por limitantes y porque no entendía esa obsesión de los físicos por chocar trenes y lanzar pianos desde un quinto piso. Una vez hecho este inciso voy a centrarme en el tema del que quería hablar. Ahora resulta que unos matemáticos han aplicado una fórmula para determinar que la mejor edad para casarse es a los 26 años. Ni a los 25 ni a los 27, a los 26. Luego deduzco que según este genial estudio sólo puedes casarte con personas de tu misma edad y si a los 26 no tienes pareja o la acabas de conocer ya no puedes casarte nunca. ¿En serio? Digo yo que dependerá de las personas y sus circunstancias. Pues no, lo ha dicho un científico y es ley. Si esa tontería te la dice tu madre la mandas a freír espárragos pero como lo ha dicho un científico va a misa. Eso me recuerda otras joyas de estudios como aquél que de decía que sólo puedes estar enamorado durante cuatro años porque claro, luego te suena la alarma del temporizador y todo se acaba automáticamente... Pero el mejor era uno que decía que a las mujeres les gustaban los hombres con cicatrices en la cara para una aventura pero no para casarse. Digo yo que dependerá de los gustos de cada mujer y de cómo sea cada hombre en concreto independientemente de si tiene cicatrices o no. Pues no, según los señores científicos resulta que un hombre con cicatrices en la cara es sinónimo de pasión y aventura por lo que no resulta apropiado para cuidar de los hijos y claro no puedes casarte con él porque es imposible tener hijos sin casarse y casarse y no tener hijos. Eso sin contar que la pasión y la responsabilidad vienen deternimadas como todo el mundo sabe por el número de cicatrices que tenga uno en la cara. Con esto vengo a decir que cuando hacen estas cosas los científicos son más dignos de estudio que sus propios estudios que muchas veces no sólo son absurdos sino innecesarios, en serio ¿de verdad hay que hacer una media aritmética para saber la edad ideal para casarse? A este paso un día nos sorprenderán con la noticia de que han descubierto la sopa de ajo.
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