Bienvenidos al maravilloso mundo del anime chino (donghua). Cuando ya pensabas que a los japoneses se les iba la olla, resulta que a los chinos más. Estoy esperando la segunda temporada que en teoría sale en 2022 porque como siempre, te lo dejan en lo mejor y se quedan como dios.
Qian Yun Xi es la hija mayor del primer ministro pero es repudiada por su familia porque nace con la capacidad de ver espíritus y se considera que trae mala suerte. Para deshacerse de ella la mandan a las montañas con un maestro y fingen que nunca existió por lo que todos piensan que la hija menor es en realidad hija única. El problema viene cuando el emperador para controlar al primer ministro porque es sospechoso de corrupción arregla el matrimonio de uno de sus hijos con la hija de éste. Para agravar la situación el príncipe Ye tiene fama de ser frío y cruel y la supuesta hija única del primer ministro es una consentida. Como en el contrato pone que el príncipe debe casarse con la hija mayor del primer ministro se acuerdan de Qian Yun Xi y la obligan a hacerse pasar por su hermana porque, a las malas ella en realidad es la hija mayor y no estarían incumpliendo el contrato. Se celebra un enlace que nadie desea pero al que nadie puede decir que no y el príncipe, sin conocer a su esposa siquiera, la destierra a un pabellón del palacio que sido abandonado porque tiene fama de estar encantado. Eso no supone ningún problema para Qian Yun Xi que está encantada de que la ignoren y además se hace amiga del fantasma. Ella cree que su marido la odia y su marido cree que ella intenta matarlo por lo que a los dos les conviene ignorarse mutuamente. Pero una mujer criada en las montañas y con la capacidad de ver espíritus acaba llamando demasiado la atención.
La verdad es que me reí mucho. Ambos tienen una idea muy equivocada del otro y eso se va prestando a enredos y malentendidos. Sin contar con el sin fin de intrigas palaciegas que los rodean. Es divertido ver cómo van descubriendo la situación real porque, ni él es tan malo como parece, ni ella tiene intenciones ocultas más allá de ayudar a sus esclavas. A remarcar el arte que tiene este hombre con el kabe-don y la de mamporros que se lleva por eso. Lo de la banda sonora en realidad es digno de estudio pero una vez te recuperas del trauma, cuanto más la escuchas más te gusta.
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