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martes, 15 de marzo de 2022

Peleemos, su alteza

Cuando la protagonista muere en el mundo moderno se despierta en el cuerpo de Shane Yun, la esposa del príncipe Qin quien la desprecia porque ha sido obligado a casarse con ella por motivos políticos. La Shane original es acosada por las concubinas e incluso por los sirvientes y 
está tan deprimida que no para de intentar suicidarse. La nueva Shane no es así, pone a todos en su sitio y utiliza sus conocimientos del futuro para administrar la mansión lo que empieza a desconcertar al príncipe que no entiende ese repentino cambio de actitud, sobre todo porque ha pasado de rogarle un poco de atención a mostrarle no solo indiferencia sino también desprecio.

Es un manhua muy irregular aunque es bastante entretenido. Da la impresión de que han cambiado al equipo a medio proyecto porque no sólo cambia el estilo de guión, también el tipo de dibujo. Al principio es muy divertido y Shane aprovecha muy bien los conocimientos de su vida anterior. Tiene una visión moderna de las relaciones de pareja y de la gestión de los bienes. Como en realidad ella no conoce al príncipe no está enamorada de él pero tiene los recuerdos de la Shane original por lo que lo quiere lo más lejos posible. El príncipe en realidad es buena persona pero sus circunstancias determinan muchos de sus actos lo que en ocasiones es malinterpretado por Shane. Es divertido ver cómo discuten y los enredos en los que se ven envueltos por la nueva Shane que es incapaz de quedarse quieta y callada. A partir de cierto punto la historia cambia y se torna previsible, culebronica total, con todos sus tópicos. Eso se hace algo tedioso porque te lo ves venir y como el principio es bastante original te choca que de repente todo se desarrolle como se desarrolla. El final es nefasto. Han hecho chim pon a las bravas sin tener en cuenta que las circunstancias de los personajes han cambiado, dejando cabos sueltos e incluso ignorando la existencia de algunos personajes. Eso sin contar con que los hermanos de la protagonista crecen o menguan según el capítulo. No deja de ser entretenida en ningún momento pero pierde su frescura más o menos sobre la mitad de la historia. El final debería haber sido mucho más elaborado. Yo personalmente hubiera hecho que fuera distinto aunque no me hubiera parecido mal que hubieran llegado al mismo final si se hubiera desarrollado de manera correcta. La verdad es que me ha dejado cierto mal sabor de boca y es una lastima porque el principio es muy bueno. Otra cosa que no me ha gustado es que les pongan a los personajes nombres occidentales aunque no sé si es cosa del original o de la traducción. Ya lo he visto otras veces y  creo que es lo segundo. Parece que al traducir al inglés cambian los nombres (supongo que para que a los lectores anglófonos les resulte más fácil recordarlos) y luego traducen del inglés al castellano y no puedes saber cuál era el nombre original. Lo digo porque he leído un par de historias en las que parece que la fuente es mixta (original y traducción al inglés) y los personajes de repente cambian de nombre y ahí sí que te vuelves loco. Una cosa es la adaptación fonética y otra muy distinta inventarse los nombres porque  ni siquiera se molestan en que se parezcan un poco. Pongamos que el prota se llama "Lin" pues para qué ponerle "Lee" o algo que al menos empiece por L... le planto Patrick y me quedo como Dios. Personalmente, me parece una práctica horrible sobre todo si es una obra de época porque si es contemporánea dices "bueno...cosas de la globalización" pero resulta totalmente ridículo ver que una princesa china de la antigüedad se llama Shane. Además, tampoco es tan difícil acostumbrarse a los nombres orientales.

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