Su Hee se ha criado en una familia extremadamente tradicional y estricta en la que el papel de la mujer se limita a obedecer por el bien de la familia. Logra desvincularse a la edad de 29 años, establecerse por su cuenta y llevar una vida independiente, pero cuando acude a una adivina para que le lea el futuro ésta le vaticina que morirá antes de cumplir los 30… por un accidente, un incendio o por atropello. Lo único que puede salvarla es aferrarse a un tesoro que se le presentará a modo de oportunidad. Su Hee asume que de morir no se libra así que decide disfrutar todo lo que pueda durante el tiempo que le queda, se emborracha y entra en una aplicación de citas que le ha instalado su compañera de trabajo. A través de la aplicación conoce a Tae-oh, empiezan a hablar y terminan teniendo sexo telefónico. Se produce un enganche entre ellos y siguen constantemente en contacto. Su Hee está tranquila porque se siente segura creyendo que nunca lo conocerá en persona y que todo se limitará a una relación telefónica... hasta que reconoce su voz en el supermercado de su propio edificio de apartamentos.
Un manhwa muy subido de tono sobre dos personas que están destinadas a estar juntas. Tae-oh lo tiene claro pero Su Hee se asusta e intenta alejarse de él aunque por mucho que lo intente acaban volviendo a encontrarse. Finalmente acepta sus sentimientos y entonces se descubre que sus destinos están ligados desde el principio y que ya habían mantenido una conversación telefónica mucho tiempo atrás cuando los padres de Tae-oh y la madre de Su Hee murieron en el mismo accidente de tráfico. Esto último lo hacen tan sutil que cuesta pillarlo porque da la impresión de que el final ha sido algo apresurado. Aunque se observen algunas incongruencias el final es coherente y la historia me ha gustado bastante aunque se podía haber desarrollado un poco más y se podía haber profundizado en los personajes.
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