Para empezar habría que redefinir el término famoso. Por lo general una persona famosa debería ser alguien que lo es debido a su trabajo: un actor, un cantante, un presentador, un político... Ahora no. El hijo de, la cuñada de , la ex-novia de... Y todos escriben libros. A cualquier hora del día pones la tele y te sale la miss de turno presentando su libro. No tengo nada en contra de las misses pero ser miss no te da la facultad de escribir. Pero su foto queda muy mona en la portada y el libro vende. Como escritora resulta humillante que hasta al más tonto le publiquen un libro, que muchas veces ni siquiera ha escrito él, esa es la otra, sólo porque su apellido vende. Es como que comparen a un triunfito con un cantante de ópera. Mientras tanto hay un montón de profesionales competentes que se mueren de hambre. Entiendo también la postura del hijo del famoso, que a lo mejor escribe de muerte pero resulta que como su padre era actor, por ejemplo, nadie se cree que tenga talento. El problema es que no es lo mismo decir . Fulano de tal, ha presentado su obra en Sevilla. Se entrevista al personaje en cuestión en un programa serio, se demuestra que el hombre escribe estupendamente, que sabe de lo que habla y es coherente consigo mismo y deja de ser el hijo de para pasar a ser el escritor. Pero las cosas no las hacen de esa manera. Te sale el programa de marujeo más cutre del panorama televisivo, mandan al reportero más inútil a un sarao y dicen. Fulano de Tal, hijo del archifamoso Mengano de Cual, ha publicado su primer libro. Y sale todo el mundo bebiendo como un cosaco y de cachondeo. Y luego resulta cuando le preguntan resulta que ni hablar sabe y que es un impresentable del quince.
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