Una estudiante universitaria coreana con una existencia bastante triste se despierta de repente en el cuerpo de Ripley, el personaje que casi no llega ni a secundario de la novela romántica que acababa de leer. Es tan secundario que en la novela ni siquiera se menciona su nombre y ella no recuerda que apareciera aunque fuera de relleno. Tras comprobar que es la hija de un conde que lleva una vida acomodada y en una familia que la aprecia y sobre todo, que no tiene ninguna trascendencia en la historia principal, decide relajarse y pegarse la vidorra para desquitarse de su desastrosa vida pasada. El problema es que la nueva Ripley es impulsiva e irreflexiva y en la primera ocasión en la que recibe la invitación para una fiesta, se emociona, se viene arriba y después de emborracharse, hacer malabares y preparar cócteles explosivos para todos, termina acostándose con el protagonista masculino. Cuando Ripley, despierta a la mañana siguiente en la cama junto al duque, éste (que es bastante jeta y siempre consigue lo que quiere) le dice que le ha robado su primera vez y debe hacerse responsable y casarse con él. Ripley no sólo no recuerda nada, sino que está aterrada ante la idea de cambiar la historia. Para evitarlo, intenta por todos los medios librarse del duque pero ninguno de sus absurdos y disparatados planes resultan eficaces ante un perseverante duque que está decidido a casarse con ella, cueste lo que cueste.
Un divertidísimo y original isekai con muchos giros argumentales y mucha, mucha parodia del género. Ripley no sólo está como una cabra sino que es peligrosa porque actúa sin pensar y en sus intentos de arreglar las cosas para volver a la trama principal acaba enredando cada vez más las cosas. Xeronis, el duque, se está desquiciando persiguiendola pero no se deja engañar por sus mentiras y no ceja en su empeño de casarse con ella. Lo más divertido de todo es que ella les explica a los otros personajes como deben ir las cosas pero ellos se niegan y hacen lo que les da la gana. Muy entretenido y recomendable.